El martes 30 de junio de 2020, más de dos centenares de ciudadanos en varias provincias fueron retenidos o detenidos arbitrariamente en Cuba por órdenes de la Seguridad del Estado. El objetivo de esta nueva operación represiva fue impedirles asistir a una manifestación pacífica convocada por la sociedad civil independiente, para exigir justicia por el asesinato de Hansel Ernesto Hernández Galiano a manos de un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) el pasado 24 de junio, así como exigir la libertad para el preso político Silverio Portal Contreras, que se encuentra en muy delicado estado de salud.
Los lugares en los cuales tendrían lugar las principales manifestaciones convocadas eran los céntricos Cine Yara de la capital cubana, y el Parque Céspedes de Santiago de Cuba. Ambos sitios fueron ocupados militarmente por los agentes del Ministerio del Interior (MININT). A su vez, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) cómplicemente mantuvo incomunicados a la mayoría de los periodistas y activistas que se habían manifestado al respecto.
José Daniel Ferrer, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y coordinador de la iniciativa ciudadana Cuba Decide por un plebiscito democratizante en la Isla, intentó salir a la calle saltando desde su balcón, pues las autoridades le había sellado con un candado su propia puerta. Al instante fue arrestado de manera violenta, junto a su hijo José Daniel Ferrer Cantillo, de sólo 17 años, que fue sometido a tratos crueles considerados como tortura.
Al ser liberado varias horas después, el líder de la UNPACU y promotor de Cuba Decide declaró que el 30 de Junio «fue un nuevo ejercicio que da lugar a que otros se sientan motivados y terminen participando en la próxima convocatoria. Seguiremos así, de ejercicio en ejercicio, hasta que muchos venzan el temor y seamos miles en las calles luchando por la libertad».