La vida del periodista independiente Carlos Michael Morales, actualmente ingresado en la unidad médica de la prisión de Guamajal, está en grave peligro después de 14 días en huelga de hambre. Este prisionero político ha sido sometido a constantes violaciones y tortura, que lo forzaron a iniciar esta segunda huelga el 19 de Junio de 2024 con una única demanda: su liberación inmediata.
Carlos Michael Morales es activista, periodista y promotor de la plataforma ciudadana Cuba Decide. Ante la gravedad de la situación, Centro de Denuncias FDP de Cuba Decide presentó una petición de Llamado Urgente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 20 de Mayo del 2024.
«Mi hermano se va a morir», expresó la hermana de Carlos a nuestro Centro de Denuncias aterrada por la situación. Agentes de la seguridad del estado advirtieron a Morales que puede ser condenado por el delito de desobediencia, pero después de dos meses de injusto encierro, Carlos continúa preso sin juicio.
El 4 de mayo pasado, tras varios incidentes de acosos policial, Carlos Michael fue detenido durante una citación en la Unidad de Instrucción Penal de Caibarién e inmediatamente comenzó su primera huelga de hambre. La depuso el día 22 de mayo en espera de la respuesta al Habeas Corpus presentado por su abogada. Cuando el régimen denegó el Habeas Corpus, Carlos Michael reanudó la huelga de hambre en un esfuerzo desesperado por recuperar su libertad y protegerse de las torturas, hoy cumple 14 días plantado sin ingerir alimentos.
En la carta que Carlos Michael enviara inmediatamente después de su primera huelga, denunció que luego de un fuerte dolor en el pecho, se le negó la asistencia médica y, en su lugar, recibió una golpiza por parte del jefe de la unidad. Esto derivó en su traslado al hospital en condiciones críticas, presentando fatiga, dolores y alta tensión arterial.
Carlos narró que el 8 de mayo, el jefe de instrucción y enfrentamiento contra la disidencia en la provincia de Villa Clara se presentó en el centro de detención donde Morales está recluido, ofreciéndole la libertad a cambio de grabar un video en el que renunciara a sus vínculos con el opositor cubano Iván Hernández Carrillo, la oposición pacífica interna, el exilio, y su labor como periodista independiente. La respuesta de Morales fue clara y contundente: «pueden aplicarme la Pena de Muerte que tanto han anunciado por la televisión». Días después, el 17 de mayo, el agente de la seguridad del estado Ariel Hernández Avellanes, instructor del caso de Morales, volvió a presentarse en la unidad para ofrecerle un ultimátum: renunciar a su activismo o enfrentar un año de trabajo forzado. Nuevamente, Morales respondió: «pueden condenarme a pena de muerte».
El Centro de Denuncias FDP insta a la CIDH y a la comunidad internacional exigir la liberación inmediata de Carlos Michael Morales y a denunciar las continuas violaciones de derechos humanos contra Carlos Michael Morales y otros activistas en la isla. La vida y la libertad de Morales penden de un hilo debido a la represión sistemática de las autoridades cubanas.
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