A raíz de la huelga de hambre de la UNPACU, Cuba Decide instó a todos los gobiernos e instituciones democráticas de América y de Europa a tomar medidas para detener la impunidad del régimen cubano, así como para exigir el fin de la represión política.
La obstrucción a la labor humanitaria de los miembros de la sociedad civil es una de las tácticas represivas aplicadas sistemáticamente por el régimen de Cuba, de las que fueron denunciadas públicamente por la Fundación para la Democracia Panamericana (FDP) durante el 179º período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esto constituye otra política de Estado más para ejercer el control total, y tiene trágicas consecuencias en medio de la actual crisis sanitaria.
En una conferencia de prensa del 26 de marzo, Cuba Decide solicitó apoyo internacional y denunció la situación de los 53 promotores de Cuba Decide, la gran mayoría de los cuales son miembros de la Unión Patriótica de Cuba, que se encontraban en huelga de hambre en la Isla, exigiendo el fin de la represión en contra de las iniciativas humanitarias de los activistas de la UNPACU.
Los participantes advirtieron sobre el grave peligro que enfrentan los huelguistas, ya que continúan siendo acosados y rodeados por la policía. También solicitaron acciones por parte de la comunidad internacional para frenar la impunidad y constante represión del régimen. Con su denuncia del “terrorismo de Estado que aplica la dictadura de La Habana contra sus ciudadanos”, Luis Almagro se sumó a las denuncias que varios promotores de Cuba Decide hicieron ante la CIDH como respuesta ante los patrones represivos implementados por el régimen en la Isla.
En la conferencia, Rosa María Payá afirmó que “Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel, virtualmente al mando del Estado cubano, son responsables del terrorismo de Estado que se inflige a los ciudadanos en Cuba, y también son responsables de la integridad física de cada uno de los huelguistas. Le pedimos a los gobiernos e instituciones democráticas de América y de Europa que actúen”.
Después de fomentar el apoyo internacional, levantaron el cerco en la mañana del 9 de abril. “Los activistas que han puesto sus vidas en riesgo son verdaderos héroes de nuestros días. Esto es una victoria de la solidaridad sobre la represión: la movilización no violenta de los cubanos en la Isla y en la diáspora, unida a la solidaridad internacional, forzó la aparente retirada de las fuerzas represivas. Los dictadores cubanos han demostrado que desprecian la vida de los ciudadanos y que mienten sin pudor en sus diálogos internacionales, pero hoy se demostró también que la dictadura cubana reacciona a la presión. Estamos muy preocupados por el estado de salud de todos los huelguistas, que aun están en peligro. La represión en la Isla continúa, así que hay que continuar presionando”, señaló Rosa María Payá.
“El camino: las acciones de solidaridad internacional en comunión con la movilización de los cubanos que buscan un cambio de sistema. Agradecemos profundamente a todos los cubanos que han tomado acción; a las iglesias católica y protestantes que se solidarizaron; a todas las organizaciones opositoras de la Isla y el exilio; y a las más de 75 organizaciones de derechos humanos en el mundo, que se mantuvieron en comunicación y se manifestaron. Gracias por los pronunciamientos de urgencia a la Secretaria General de la OEA, el Parlamento Europeo, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, los médicos en la diáspora y a los parlamentarios de América Latina, los Estados Unidos y Europa. Los animamos a todos a continuar la movilización porque el terrorismo de estado que ejerce el régimen cubano no terminará hasta que logremos el fin de la dictadura de partido único comunista y comience la transición a la democracia” concluyó Payá, de la iniciativa Cuba Decide.